Autora de texto y fotografías. Entrevistas : Orietta Grendi
Quenac, tierra fértil de la Fe
El 21 de febrero de 2017, el Padre Sergio Villegas Mayorga – a sus 83 años – a pocos días de haber celebrado misa en la isla de Quenac, en el archipiélago de Quinchao, iniciaba el camino de su Pascua.
El padre Sergio nació en la isla de Quenac, el año 1933. La isla de Quenac, hasta 1927, fue comuna del departamento de Quinchao y anteriormente fue asentamiento de gobernación. Es también el lugar donde fue ordenado sacerdote y don realizó su última misa. Dicen, quienes le conocieron, que cada una de las tareas asignadas las cumplió con responsabilidad y por sobre todo, con amor y alegría por los habitantes del archipiélago, y que aún cuando, debido a las exigencias propias de su cargo – de Vicario General de la Diócesis – parte importante de su trabajo lo debió realizar en Ancud, jamás abandonó su isla y las islas del archipiélago de Quinchao.
Desplazarse desde Ancud hasta Quenac, requería de esfuerzo. SI bien la carretera ruta 5 estaba asfaltada, desde Mocopulli hacia Dalcahue, el camino era de tierra; luego, se debía cruzar ´- en bote o lancha – el Canal Dalcahue, para continuar por camino de tierra hasta llegar a Achao, posteriormente embarcarse rumbo a Quenac y las demás islas. Otra alternativa era embarcarse en Dalcahue, para poder llegar a las islas del mar interior.
El Padre Sergio nació el 17 de Junio de 1933, al inicio del invierno chilote. Su lugar de nacimiento – Quenac – podría ser considerado sólo una casualidad, sin embargo la historia religiosa de la isla nos indica que esto no fue un hecho azaroso pues, desde pequeño estuvo vinculado a la iglesia católica. Su tío Juan Alberto Paredes Mayorga, quien llegó a ser Segundo Vicario Cooperador de Puerto Varas, apoyó su formación pastoral, lo que permitió que el padre Sergio cursara la enseñanza primaria completa, en Quenac (la isla tenía – a principios del siglo XX – dos escuelas públicas, la N° 25 y la N° 28) y posteriormente, desde 4to a 6to humanidades estudiara en el Seminario de Ancud.
Al conversar con la señora Noemí Villegas Mayorga, ella hace hincapié en el hecho de que Monseñor Mayorga, era su tío y que piensa, esto fortaleció la vocación de su hermano Sergio, seguramente abriéndole camino para que pudiera salir de la isla y llegar hasta el norte del Archipiélago de Chiloé, al centro eclesiástico de la Diócesis de Ancud, la ciudad de Ancud.
Al consultar a vecinos de la isla de Meulín el recuerdo que tenían a cerca del Padre Sergio, todos coinciden en que era “un siete”, “cercano”, “sencillo”. Al preguntar a las vecinas y vecinos de Quenac sobre el Padre Sergio, en su rol de párroco, de hermano, de amigo, señalan con emoción que él, con su ejemplo de vida, los marcó no sólo en su formación pastoral personal, si no que, también les transformó en agentes pastorales, para servir a su comunidad.
Al preguntar al Padre Juan Bahamonde – antiguo párroco de la Parroquia de Curaco de Vélez – sobre el testimonio que pudiera compartir acerca del Padre Sergio, sus ojos se llenan de emoción pues, regresan él recuerdos de años de servicio, en los que forjaron una amistad que los llevó a fortalecer su fe en el Señor y sobre todo a dedicar su vida a servir, a peregrinar como Misioneros, en las islas de Chiloé.
Al recordar al Padre Sergio, aparecen historias y detalles del vivir, en un Chiloé en donde nada era imposible, en donde el principal y único desafío era llevar el Mensaje de Evangelización a todos, sin exclusión.
Se agradece la generosidad de su hermana menor, señora Noemí Villegas Mayorga, pues nos ha compartido fotografías familiares y pastorales del padre Sergio que forman parte del relato que se presenta a continuación.
Para elaborar la Memoria Agradecida del Padre Sergio, se ha contado con la valiosa colaboración de religiosos, familiares, amigos, servidores, vecinas y vecinos. Se agradece muy especialmente, al padre Arturo Mansilla Guichacoy, por generar los puentes de comunicación para poder llegar a las personas que conocieron al Padre Sergio, como lo es Monseñor Juan Luis Ysern de Arce, quien ha tenido la deferencia de compartir su testimonio, sobre el Padre Sergio Villegas Mayorga (Q.E.P.D.), a través de correo electrónico.
Testimonio Obispo Emérito de Ancud, Monseñor Juan Luis Ysern de Arce
Rol de Vicario General
El Padre Villegas fue – durante 31 años- Vicario General de la Diócesis de Ancud, labor de gran responsabilidad al interior de la Iglesia y particularmente de la Diócesis de Ancud. Su compromiso con la iglesia diocesana, lo llevó a vivir en carne propia las tareas y desafíos pastorales, a partir del trabajo misionero basado en el fortalecimiento del trabajo comunitario.
En 2015, renuncia a su cargo y Monseñor Juan María Agurto Muñoz le encomienda la tarea de desempeñarse como Canciller y moderador de la diócesis.
Labor del Canciller y moderador de la diócesis: Canon 482 § 1: En cada curia, debe haber un canciller, cuya principal función, a no ser que el derecho particular establezca otra cosa, consiste en cuidar de que se redacten las actas de la curia, se expidan y se custodien en el archivo de la misma.
Es decir, durante sus últimos años, el Padre Sergio tuvo la misión de ser custodio de la memoria de la diócesis de Ancud. Imaginamos que la experiencia adquirida en sus años de servicio pastoral, así como los cargos de confianza que debió asumir desde la época en que Monseñor Juan Luis Ysern era Obispo de Ancud, le guiaron en esta noble tarea.
Vida, Estudios y Herencia
Si bien, la presentación de la Memoria Agradecida del Padre Sergio Villegas pretende ser testimonio de su compromiso de vida pastoral, se ha querido entregar antecedentes que conformaron parte de su vida y de quienes habitan su lugar de origen: la isla de Quenac, pues estos elementos forman parte de su historia y de la memoria fragmentada de la comunidad quenacana.
Hasta pocos años antes de que naciera el Padre Sergio Villegas (nace en 1933), la isla de Quenac era una de las tres comunas que conformaban el Departamento de Quinchao, lo que significa que era el centro político-administrativo que tenía a su cargo, 14 islas. Deja de ser comuna en el años 1927).
A respecto, se publica entrevista realizada a la señora Teresita Muñoz, quien se encuentra trabajando en a elaboración de un libro sobre la historia de la isla de Quenac y la vida del Padre Sergio Villegas Mayorga:
Tal vez como metáfora del impacto que tuvo la historia de Quenac en la vida de los chilotes, la labor pastoral que asumió el padre Sergio no tuvo límite: esto permitió que la misión evangelizadora de la iglesia llegara a islas y localidades extremas.
A continuación se presenta mapa con algunos de los lugares que el el padre Sergio visitó, durante su misión pastoral, incluidas las islas Desertores.
Por su parte, en el libro editado por la Diócesis de Ancud, Historia Centenaria, de Francisco Cavada (propiedad de la señora Noemí Villegas Mayorga), se señala que en entre 1840 y 1940, la diócesis contaba con tres sacerdotes, nacidos en Quenac, todos eran familiares, predecesores del Padre Sergio Villegas Mayorga.
A continuación compartimos fotografías tomadas del libro señalado en el párrafo anterior. Cada una de ellas tiene breve información sobre los sacerdotes de origen quenacano.
(pulsar las Foto 1, Foto 2 y Foto 3 y así podrá agradar el tamaño de la fotografías)
Foto 1: Presbítero don José David Mayorga Imarais. Nace en Quenac el año 1888. Es ordenado sacerdote el año 1913, en Ancud.
Foto 2: Presbítero Marciano Yáñez Mayorga. Nace en Quenac el año 1904. Es ordenado sacerdote el año 1929.
Foto 3: Presbítero, Juan Alberto Paredes Mayorga. Nace en Quenac el año 1912. Es ordenado sacerdote el año 1938. Fue Segundo Vicario Cooperador de Puerto Varas y es quien habría incentivado la formación religiosa del padre Sergio, quien cursó desde 4° a 6° humanidades en el Seminario de Ancud.
Testimonio de Formación Pastoral
Al conversar con su hermana Noemí, descubrimos un mundo insular en el que vivir requería de grandes sacrificios personales y también familiares. La señora Noemí recuerda que cuando ella era pequeña debió migrar junto a su madre y hermanos hacia Argentina y radicarse lejos de la isla. Todos debían partir, pero uno de ellos se quedó: Era el Padre Sergio. Él se quedó a cargo de su tío, sacerdote, Juan Alberto Paredes Mayorga . Vivió toda su niñez y parte de su juventud, junto a su comunidad de Quenac. Tal vez, la sabiduría que iba adquiriendo, a través de los años de formación pastoral, le hicieron darse cuenta de las necesidades que tenían los vecinos y fue por esto que, pasados algunos años, convocó a su hermana menor (doña Noemí) para que regresara a Chile, estudiara pedagogía (en la Escuela Normalista) y así pudiera dedicar su vida a trabajar como profesora de Educación Básica en la isla de Quenac… seguramente, este hecho no fue casualidad ya que, su hermana aceptó y se transformó – de alguna manera – también en misionera.
El relato anterior, es un ejemplo de cómo el Padre Sergio podía visionar el rol de las personas, para que se transformaran en agentes pastorales. Al respecto, la señora María Aguilar, vecina nacida y criada en Quenac, se transformó en una de las personas con mayor presencia en la vida del Padre Sergio.
Por su parte, su sobrina, la señora Teresita Muñoz, se ha transformado – tal vez producto del impacto que significó en su formación de vida, el Padre Sergio – en la recopiladora de la historia de vida del Padre y de la memoria de su Comunidad de Quenac; por su parte, don Tito Delgado, esposo de Teresita, guarda en su memoria detalles que forman parte de la humildad con la que el padre Sergio sirvió a su comunidad chilota.
En este relato, queremos hacer presente a los vecinos de Meulín San Francisco y Meulín el Tránsito, a los vecinos Teuquelín, de Cahuach y de todas las islas que conforman el archipiélago de Quinchao (que antiguamente era conocido como el archipiélago de Quenac) porque todos ellos, junto al Padre Sergio Villegas Mayorga, fueron protagonistas de un mundo pastoral basado en el amor y la confianza; confianza que se transformó en un pilar, para que el padre Sergio pudiera construir – junto a las comunidades – una iglesia viva.
A continuación, se comparte algunos testimonios que se espera puedan orientar, a quienes no conocieron en vida al Padre Sergio, en su obra pastoral, en el Chiloé en el que el “modo minga de vivir era EL modo de vivir”.
El orden en que se presentan corresponde al orden cronológico en que se realizaron las visitas y conversaciones, en torno al padre Sergio Villegas Mayorga.
Vecinos de Meulín
El primer lugar que se visitó – para conocer sobre el impacto del padre Sergio – fue la isla de Meulín, en el sector de Meulín San Francisco. En una celebración eucarística a la que asistieron vecinos y vecinas de ambos sectores.
Al interior del templo, a un costado del altar, destaca la imagen del Padre Sergio en tamaño grande, así como también una escultura hecha en madera ,ubicada en la casa Ermita, en la está tallado el nombre de Padre Sergio.
En ambos casos, estos gestos reflejan el homenaje que desde la Comunidad se hace a quien fuera un párroco cercano a la gente, abierto ser uno más en la comunidad.
Al momento de consultar a los vecinos sobre el recuerdo que tenían del padre Villegas, transmitían alegría, recordando lo bueno que fue con ellos.
Testimonios vecinos de Quenac
La señora María Aguilar fue catequista de la Parroquia de Quenac y trabajó junto al padre Sergio durante décadas, sin embargo, previo a su trabajo pastoral, ella, como vecina nacida y criada en la isla, fue testigo del hacer del padre Sergio con la Comunidad.
Al respecto la señora María recuerda que el día en que ella hizo la Primera Comunión, quien le dio su primera Eucaristía fue el padre Sergio. Ella recuerda que en ese momento el padre se emocionó a tal punto, que sus ojos se llenaron de lágrimas. Señala la señora María que eso le ocurría al padre cada vez que alguien de la isla daba un paso más en su formación pastoral. Esa emoción, conmovió a tal punto la vida de la vecina que la marcó hasta el día de hoy…Recuerda también cuando el padre Sergio la invitó a que se sumara como catequista. Ella no sabía que respuesta debía dar, pero el padre Sergio le hizo ver que esa labor pastoral era la misión que debía cumplir…. De alguna manera, el padre tenía la capacidad de sumar al trabajo misionero, convocando desde la fe -no sólo en El Señor – si no que en las personas que conformaban la comunidad, como fue el caso de la señora María.
A continuación, se comparte testimonio de la señora María Aguilar.
La señora María, acompañó al padre Sergio hasta el último día en que él tuvo que dejar la isla, por problemas de salud. Ella lo recuerda, con especial cariño, pues señala, se preocupaba de los más mínimos detalles, para apoyarlo en su día a día. Era tal el nivel de confianza que existía entre el padre y la señora María, que éste le confió las llaves del templo parroquial.
Testimonio de su hermana, doña Noemí Villegas Mayorga
La señora Noemí, su hija Claudia Barrientos y su sobrina Teresita Muñoz, trabajan para que el legado del Padre Sergio Villegas pueda trascender a las generaciones de Quenac. La señora Noemí, junto a su hija atesoran – a través de los recuerdos – la historia familiar y también el impacto que ha generado en sus vidas ser herederas de un hombre de fe, que lo dio todo por la comunidad.
La señora Noemí, ha sido una gran colaboradora para la elaboración de esta Memoria Agradecida pues, ha facilitado fotografías que forman parte de la vida del padre Villegas – detenida en imágenes – así como también datos biográficos que nos ayudan a conocer la forma de vivir, los sacrificios y también la importancia que tiene para la comunidad quenacana, como parte de la historia de su isla, el Padre Sergio.
Hitos biográficos a través de las Imágenes1
El Padre Sergio Villegas Mayorga, nace el 17 de Junio de 1933. Hijo de doña Tránsito Mayorga Paredes y de don Juan Isaías Villegas Barrientos.
El Padre Sergio Villegas fue ordenado sacerdote, el 13 de julio del año 1958, a la edad de 25 años, en Ancud.
A continuación se publica dos fotografías del día en que fue ordenado sacerdote, en la Catedral de Ancud.
Desde 1958 a 1959. Atendió la Parroquia de Chacao.
La fotografía fue tomada en la plaza de Ancud. Es posible observar su vestimenta formal de religioso. Pareciera que poco a poco, esta forma de vestir fue cambiando hasta quedar en el recuerdo de quienes lo conocieron, un párroco vestido con ropa sencilla, como un chilote más.
Desde 1960 a 1978 fue párroco de Quenac. A pesar de ejercer otros cargos de responsabilidad en el obispado de Ancud, no abandonó su labor pastoral misionera, con los habitantes de las islas de Archipiélago de Quinchao.
Tal como relataba la señora María Aguilar, el Padre Villegas creía fuertemente en la necesidad de trabajar con las comunidades insulares, con los jóvenes. Es por esto que le deba gran importancia a la labor pastoral y a la catequesis.
Desde 1979 al año 2002 Vicario Diocesano de Pastoral.
En la fotografía vemos al padre Villegas, vistiendo un “chilotito” (chomba hecha de lana de oveja, de Chiloé).
El 13 de julio de 2008 celebra 50 años de ordenación sacerdotal, en la Quenac.
Desde 1984 al 2005 Vicario General de la Diócesis. Período en el que Monseñor Juan Luis Ysern de Arce era obispo de Ancud. Al asumir Monseñor Juan María Agurto Muñoz, el padre Villegas se mantiene en el cargo hasta 2015.
La fotografía que se presenta, a continuación, fue tomada en la rampa de la isla de Quenac. Suponemos que en la rampa antigua. En el costado izquierdo se ve a Monseñor Juan Luis Ysern y en el costado derecho, al padre Sergio Villegas. Es febrero de 1989, el Padre Villegas era Vicario General de la Diócesis. Esta es la manera en que – tanto el señor obispo como el vicario general – desarrollaban la labor pastoral de la diócesis: junto a la gente.
Desde 2017 hasta el día de su fallecimiento, el padre Sergio cumplió la labor de Canciller y Moderador de la Diócesis.
19 de febrero de 2017, celebra la última Eucaristía en la isla de Quenac.
21 de febrero de 2017, fallece en la ciudad de Puerto Montt, región de los Lagos.
Esta imagen es la que ha trascendido a las islas del archipiélago de Quinchao. Esta en particular, está en la casa de la Maestra Noemí, hermana del padre Sergio.
Fotografías Familiares
La señora Noemí, nos comparte también fotografías que forman parte de la historia familiar. Sus dos hijas, Claudia y Verónica recibieron el sacramento del Matrimonio, en ceremonia celebrada por su tío, el Padre Sergio Villegas Mayorga.
TESTIMONIO SEÑORA TERESITA MUÑOZ
La señora Teresita, sobrina del padre Sergio y la señora Noemí, fue hasta hace dos años, la Encargada de la Oficina del Registro Civil, de la isla de Quenac. El día que cesó en su cargo, se cerró para siempre la oficina. Su rol, ha sido fundamental para apoyo de vecinas y vecinos de Quenac y también de las islas cercanas. Su misión laboral la vivió no sólo desde una oficina, si no que navegó las veces que fue necesario para que los mayores, los enfermos y necesitados, pudieran realizar trámites, que seguramente, de otra manera les habría sido imposible.
Teresita dedicó parte importante de su vida a trabajar con seriedad y responsabilidad, sabiendo la importancia que su labor tenía para la comunidad.
Hoy, ya jubilada, asume responsabilidades sociales, pastorales y patrimoniales pues, Teresita es dirigente social, catequista y se ha transformado en la escritora chilota de la historia de la isla de Quenac. Es la recopiladora de la memoria quenacana y en esa labor de re-construcción, su tío Sergio Villegas Mayorga, ocupa un lugar importante.
Teresita, escribe – literalmente – a mano; escribe a partir de los recuerdos, de sus estudios, lecturas, herencias y regalos documentales hechos por la familia Villegas Mayorga.
A continuación, se publica testimonio de la señora Teresita:
Testimonio de don Tito Delgado
Don Tito, esposo de la señora Teresita, es nacido y criado en Quenac. En la conversación que tuvimos el día 10 de febrero de 2024, don Tito comparte datos que son relevantes, para entender el legado del padre Sergio, así como también, los esfuerzos impensados – desde una mirada más bien contemporánea – acerca de lo que fue la labor pastoral de la iglesia chilota, en la segunda mitad del siglo XX.
En su relato, describía cómo el padre Villegas incentivó a la comunidad para que, unidos, pudieran construir mejoras para su calidad de vida. Un ejemplo de ello, era que el padre Villegas conseguía – a través de CARITAS – donaciones de alimentos que escaseaban en Chiloé, como por ejemplo la harina y la mantequilla, y las llevaba a los vecinos; ellos, por su parte – por ejemplo – construían una rampa para facilitar el embarque y desembarque de naves…o construían caminos para facilitar la conectividad interior de la isla…es decir, el padre Sergio no daba limosna, daba oportunidades para dignificar y mejorar la calidad de vida de las comunidades insulares.
Al respecto, la señora Teresita, comparte información que forma parte de su libro, en el que detalla cómo el Padre Sergio – en 1964 – apoyaba la organización comunitaria, a través de la creación del Consejo Local de Desarrollo de la Comunidad de Quenac.
Esta forma de vivir su apostolado, nos trae el recuerdo de otros sacerdotes, que con el mismo espíritu misionero – como es el caso del Padre Ronchi – cambiaron la vida y la historia, no sólo de las personas si no que también de la Iglesia, una iglesia viva.
Don Tito y doña Teresita, en su relato, nos entregan valiosa información, de la forma de vivir y de peregrinar que tuvo el padre Sergio, así como también de la Comunidad de Quenac y las islas del archipiélago de Quenac.
Otro de sus relatos nos ilustra, las dificultades, pero también la convicción con la que el Padre Villegas llegaba a todos los rincones del maritorio. Un ejemplo, es de cuando navegaba desde Quenac hasta la isla de Cahuach. La distancia entre ambas islas es de 800 metros, aproximadamente, los quenacanos le dicen “el pasaje”. Sin embargo, a pesar de la corta distancia, viajar hasta la isla de nuestro querido Nazareno – en pleno invierno – implicaba en aquellos años, en que los ritos y tradiciones chilotas eran sólo de Chiloé, subirse a un bote o una lancha y llevar desde la estufa (a leña), las ollas, las mantas…todo lo necesario para poder comer y no pasar frío, pues si bien la hospitalidad de los vecinos de Cahuach era enorme, las carencias materiales de aquellos años, lo eran también.
SEGUIMOS CAMINANDO
Para la elaboración de esta Memoria Agradecida, se realizó una visita a Meulín (El Tránsito y San Francisco) y dos visitas a Quenac, en las que se pudo compartir con vecinas y vecinos que conocieron al padre Sergio Villegas Mayorga, desde distintos ámbitos. Nada de esto hubiese sido posible, sin la colaboración y voluntad del Padre Arturo Mansilla Guichacoy, quien – tal como se señala al inicio de este relato – abrió las puertas para que, con respeto y cuidado, pudiera llegar a los vecinos y vecinas de las islas del mar interior.
Se agradece a cada una de las personas que compartió su testimonio, saberes y vivencias pastorales.
Para finalizar, compartimos testimonio del Padre Arturo Mansilla Guichacoy, discípulo y también heredero del Padre Sergio.
El Padre Arturo, hoy, realiza su labor misionera; trabaja día a día para rescatar, proteger y salvaguardar la memoria de nuestra Comunidad insular, a partir del trabajo conjunto con las Comunidades y de la elaboración de la Memoria Agradecida, de quienes tanto han hecho para que el trabajo misionero en Chiloé, perdure.
testimonio p. arturo mansilla guichacoy, párroco.
Isla de Quinchao, 26 de febrero de 2024
- Información obtenida en Comunicado sobre la Pascua del Pbro. Sergio Villegas (iglesia.cl) ↩︎